Entrevista: Elena Romero, Presidenta de Adecm,
Associació per a la Difusió, Estudi i Conservació del Moble.

“Somos optimistas:
cada vez son más
frecuentes las noticias
sobre proyectos de 
rehabilitación de patrimonio”

 
Elena Romero, Presidenta de Adecm, Associació per a la Difusió, Estudi i Conservació del Moble.

Enrique Casamayor

 

¿Qué es ADECM? Sus siglas obedecen a  Associació per a la Difusió, Estudi i Conservació del Moble. Como su nombre indica, es una asociación de profesionales dedicados a la restauración del mueble y de la madera en general, si bien tanto sus miembros como sus socios y simpatizantes, tenemos inquietudes e intereses que abarcan la conservación y restauración de cualquier obra de arte: pintura al óleo, pintura mural, escultura, cerámica, etc.

¿Cuándo surgió y por qué? La Asociación empezó su andadura en septiembre  de 2013, después de meses de papeleos y trámites burocráticos varios. Hicimos una jornada de presentación en el centro de artesanía de la Comunitat Valenciana, junto al Muvim, donde tuvimos la suerte de contar con la asistencia y madrinazgo de nuestras colegas Monica Piera y  Ángels Creus del Estudi del Moble catalán, y de las hermanas Leticia y Cristina Ordóñez, dos de las resturadoras de más prestigio a nivel nacional. En cuanto a las razones, son muy claras:  la necesidad de tener una entidad que velara por los intereses de los restauradores de mueble y madera ya que, aunque parezca mentira, no había nada parecido hasta ese momento en València. El nombre de la asociación quizá no sea muy comercial, pero explica a la perfección nuestra razón de ser: difundir, estudiar y conservar el mueble. 

– Este hecho resulta bastante sorprendente. ¿Cómo explicarías que en una ciudad como València, con tanta tradición de la industria de la carpintería y el mueble, no hubiera hasta la fecha ninguna asociación como la vuestra? Seguramente es consecuencia de muchos factores, pero lo más probable es que tenga bastante que ver con nuestra forma de ser: con aquello de ser excesivamente conformistas, de no saber valorar lo nuestro, de dormirnos en los laureles, de apreciar antes lo de fuera, de darle valor sólo a lo nuevo y rechazar el valor que el tiempo aporta a cualquier objeto, de tener poca capacidad para ponernos de acuerdo y mucha para discutir por detalles menos importantes, etc. etc. Es un tema complicado, seguro que da para un debate complejo y profundo, pero es muy llamativo que después de siglos de tradición del Gremi de Fusters, y del peso que durante décadas ha tenido en nuestra tierra el sector de la industria del mueble, nos encontremos en la situación actual. Todavía la gente aparece por el taller, con la típica mecedora curvada estilo Thonet de la abuela, preguntando si vale la pena restaurarla. El drama viene cuando, al decirle el precio, te contestan que, por el mismo dinero, se compran una nueva en Ikea o en wallapop. En este sentido, como en tantos otros, estamos a años luz de países como Francia, Italia, Alemania, Reino Unido, etc. o incluso de otras regiones del estado, como Cataluña, País Vasco o las islas, donde se observa claramente la influencia de la población extranjera.

– Quienes formáis la Asociación? ¿Qué hay que hacer para ser socio de  ADECM? La asociación tiene un equipo directivo formado por 8 personas (presidenta, vicepresidenta, secretaria, tesorero y vocales), que precisamente ahora se encuentra en proceso de renovación, y se encarga de proponer, difundir y organizar las actividades que realizamos durante la temporada, y una masa de socios, que con sus cuotas anuales, cubren los gastos de la asociación, tanto la pura gestión administrativa de la misma, como la organización de aquellas actividades que requieren la contratación de profesionales o del local en el que se lleva a cabo.  En cuanto a cómo ser socio, es muy sencillo: basta con contactar con nosotros a través nuestra web,  www.deconservaciodelmoble.es/ , cumplimentar un formulario, y participar y difundir todo lo posible nuestras actividades.

– Cuéntanos cómo es el día a día de vuestra asociación: qué actividades hacéis, cómo estructuráis la temporada. Seguimos el calendario escolar: hacemos una primera reunión después de las vacaciones de verano, diseñamos las distintas actividades y propuestas para la temporada, y vamos avanzando el curso intentando que esté repartido de manera homogénea: que no pase más de un mes sin que haya alguna actividad, para que nuestros socios no tengan posibilidad de echarnos de menos. Solemos simultanear actividades organizadas específicamente por y para nosotros (seminarios, sesiones de estudio de mueble, etc.), con visitas a exposiciones y museos de temática más amplia y diversificada.

– Cuál es la respuesta de vuestros socios?  Se puede participar en vuestras actividades sin ser socios? La respuesta es buena, estamos contentos, pero somos ambiciosos  y siempre queremos más. En cualquier caso, tenemos claro que no queremos crecer por crecer, sino que preferimos dar pasos más firmes aunque más lentos: es mejor contar con una masa social crítica, exigente y participativa, que con muchos simpatizantes que sean meros espectadores o a los que les cueste más participar de las actividades que propone la asociación. Casi todas nuestras actividades están abiertas a todo el mundo, pero siempre intentamos que los socios tengan alguna ventaja o privilegio: ellos son los que mantienen la asociación con su esfuerzo.

– Tengo entendido que acabáis de cumplir cinco años. Cuál es el balance de esta primera etapa? Sin duda el balance es muy positivo, aunque las sensaciones son un poco contrapuestas: pensamos que hemos hecho muchas cosas, pero también que queda mucho por hacer. Ocurre lo mismo con la apreciación de la gente sobre nuestra labor: notas que las cosas van mejorando, que la gente cada vez va teniendo más cultura y va valorando más el patrimonio, pero siempre las cosas van más despacio de lo que uno querría. Siempre decimos que la restauración y las prisas no son compatibles, y supongo que esto también vale a la hora de pretender que las cosas cambien.

– Cuál es el panorama de la restauración en el resto del estado? Tenéis relaciones con otras asociaciones similares? La situación es muy parecida a la nuestra, no hay grandes diferencias. Quizá, como he dicho anteriormente, hay varios factores que influyen positivamente en una mayor valoración del arte, las antigüedades y el patrimonio en general: nivel cultural, nivel económico, identidad histórica como pueblo, e influencia de población extranjera, sobre todo europea. En este sentido, País Vasco, Cataluña, Baleares y Madrid van a la cabeza a nivel nacional, y Alicante destaca a nivel de la Comunidad Valenciana.   En cuanto a nuestras relaciones con otras asociaciones, sobre todo tenemos contacto con Arcaz Restauración, en Madrid, de las hermanas Leticia y Cristina Ordóñez, y con el Estudi del Moble de Barcelona, con Mónica Piera y Ángels Creus a la cabeza, con quienes nos une una amistad desde hace muchos años. Para nosotros son un ejemplo en todos los sentidos. Nos ayudan en todo lo que pueden desde el mismo día en que nació la Asociación, e intentamos contar con ellas en cursos y seminarios para que nos ilustren con sus conocimientos y su experiencia.

– No hemos hablado aún de cuál es vuestro panorama a nivel profesional, porque supongo que la actividad que hacéis en la asociación, es por amor al arte. Desde luego, por amor al arte en sentido metafórico y literal (risas nerviosas). Todos los miembros de la directiva nos dedicamos de una u otra manera a la restauración de obras de arte y a la conservación del patrimonio. En mi caso, formo parte del equipo de Acanthus Restauración, escuela-taller de restauración de muebles y otras obras de arte. Nacimos hace cinco años en Russafa, y compaginamos la restauración de obra con la enseñanza y formación de nuevos restauradores, tanto a nivel aficionado como profesional. Es difícil, pero teniendo en cuenta que hemos pasado una dura crisis, y que hablamos de un sector que para nada es prioritario, tenemos motivos para estar contentos. Al final, dedicarte a lo que te gusta es un privilegio, y compensa el esfuerzo realizado cada día.

– Bien, ya hemos hablado de vosotros, de otras asociaciones, de vuestro panorama profesional…cuál está siendo la acogida por parte de las distintas administraciones? Estamos contentos. En general, tanto cuando empezamos como en la actualidad, nos hemos sentido bien tratados. Sabemos que la situación es complicada, y que cuando la economía pasa una mala época, la cultura es la primera sacrificada. Por eso estamos contentos: hemos realizado varios proyectos a lo largo de estos cinco años contando con la colaboración de entidades oficiales y museos, sobre todo en lo que se refiere a disponer de sus instalaciones y a acceder a sus colecciones y obras. Por ejemplo, realizamos una serie de visitas con estudios de muebles en las distintas casas-museo municipales (Palau Cervelló, Marqués de Dos Aguas, Casa-museo Benlliure, chalet de Blasco Ibáñez, Casa de Concha Piquer), hemos catalogado la colección de muebles donada por Pere  María Orts Bosch al Museo de la Ciudad; realizamos una sesión de jornadas “Restauració en viu” en el Museo de Historia con gran acogida de público, etc. Tenemos muy buenas relaciones con el Museo González Martí, en el Palacio del Marqués de Dos Aguas, con el Museo de Historia o con el Centro de Artesanía de la Comunitat Valenciana, que siempre nos cede sus salas con todas las facilidades, lo cual es muy de agradecer.

– En cuanto al público en general, al consumidor, tanto de cultura como de mueble restaurado, ¿cómo ves la situación actual? ¿Cuál ha sido la evolución en estos años? Bien, evidentemente nos gustaría que la situación fuera mejor, que nuestro trabajo fuera más reconocido, tanto por la administración como por el gran público, pero somos conscientes de que es un producto complicado. Las cosas van mejorando, pero muy poco a poco. No se puede negar que, por ejemplo, cada vez hay más comunidades de propietarios que optan por restaurar esos maravillosos portones de madera de mobila que, afortunadamente, abundan en algunos barrios de València.

Por último, Elena, cómo ves el futuro cercano de la Asociación? Nosotros somos optimistas. Seguramente, si no lo fuéramos, no podríamos dedicarnos a esto (risas). Somos conscientes de que hay mucha labor que hacer, y que hay mucho camino que andar. Tenemos la agradable sensación de que, en los últimos años, cada vez son más frecuentes las noticias referidas a proyectos de rehabilitación de patrimonio tanto a cargo de la iniciativa privada como de la administración, y hemos dejado atrás, poco a poco, esa permanente sección de “sucesos” ocupada por noticias como la restauración del Ecce Homo de Borja, que tanto daño han hecho a nuestro colectivo.  En cuanto a la Asociación, estamos muy esperanzados porque nos encontramos en pleno proceso de reestructuración, tanto a nivel de cargos como de funciones. Hemos decidido dar el salto a una organización más profesional, que nos permita compaginar mejor las tareas de la Asociación con nuestra carrera profesional, y asumir proyectos más sólidos y ambiciosos. Queremos crecer, pero con paso firme y seguro, no de cualquier manera.